Enviadas por Dios para llevar a otros a Cristo

“La caridad ha de ser, para las religiosas del Buen Consejo, su norma, su guía y su todo.” CMF, 67
Ayúdanos a ayudar

Congregación religiosa de la Iglesia Católica

Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo. Desde nuestra fundación en 1896 en Astorga, España, seguimos la misión que nos dejó la Venerable Teresa Rodón Asencio: ayudar a las personas y acercarlas a Dios a través del amor, confiando en la divina Providencia y el trabajo de nuestras hermanas.

A Tu llamada vengo a rendirme.
Sí, Jesús mío vengo a Ti.

Así somos

Adéntrate en nuestra preciosa historia de amor y servicio. conoce nuestro presente eclesial de compromiso por la sinodalidad
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Así hacemos

Evangelizar, educar, cuidar, acompañar, promocionar, ayudar, empoderar, … son verbos que conjugamos al estilo de Teresa Rodón.
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Misión compartida

En la Iglesia sinodal las congregaciones religiosas tenemos un liderazgo compartido.  Juntos, religiosas y laicos.
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Ser FBC

Es una preciosa vocación de disponibilidad total al plan de Dios para cada una de nosotras. vivida en comunidades de amor y servicio a los demás.
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Ayúdanos a ayudar

¡Oh, Jesús! Quiero hacerlo todo
por tu amor y por tu gloria.

01

Únete a un proyecto

Únete a un proyecto que transforma vidas con fe y esperanza. Cada acción que realizamos refleja el amor de Cristo y su mensaje de salvación.

02

Colabora

Colabora y haz posible nuestra misión. Con tu apoyo, llevamos esperanza, amor y servicio a quienes más lo necesitan.

03

Sé voluntario

Sé voluntario y marca la diferencia en la vida de los demás. Tu tiempo y compromiso son un reflejo del amor y el servicio de Cristo.

04

Apadrina

Apadrina y transforma vidas. Tu compromiso brinda educación, sustento y un futuro lleno de esperanza a quienes más lo necesitan.

05

Difunde

Difunde nuestro mensaje y lleva esperanza al mundo. Sé parte de la misión compartiendo amor y fe con los demás.

¡Atrévete a dar
el primer paso!

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Últimas noticias

Mi Dios y mi Todo

"El amor no es una palabra que tu boca pronuncia de pasada; es la entrega total, que se da y se inmola hasta el martirio, de Belén al Calvario. (M.F.)"

"¡Mi Madre y mi abogada!, protégeme siempre a fin de que mi último latido sea para mi divino Jesús y para ti."

"Cuando termine el camino de la vida, te pido sólo que me des, ¡oh Bondad soberana!, entrar de tu mano en aquella santa ciudad, y verte cara a cara. ¡Por siempre, por siempre!"

"El día de mi gran martirio será el día más grande de mi gozo, feliz con la santa gracia que promete ayudarme. Avanzo repitiendo sin temor. ¡Quiero amarte hasta morir!"

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