Cuidamos a las personas mayores

Porque ya en el origen de nuestra Congregación la educación y la atención han ido unidas. Acompañar a los niños a crecer y desarrollar todas sus dimensiones: físicas, intelectuales, afectivas y espirituales. Y acompañar y cuidar a los mayores para que la merma de sus capacidades físicas e intelectuales no sea ningún obstáculo de una vida plena y feliz hasta el último día de su existencia a nivel afectivo y espiritual.

Hoy lo hacemos en centros residenciales de tamaño mediano en colaboración con médicos, enfermeras, fisioterapeutas, gerocultoras, técnicos de animación socio cultural, cocineras, administradores y trabajadores sociales que aportan profesionalidad y asumen los principios y valores de la Congregación.

Gracias a la profesionalidad y el cariño que caracterizan a nuestro personal las familias pueden afrontar esta etapa de sus mayores con serenidad. En nuestras residencias, sus mayores reciben un cuidado integral que abarca sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. Reciben toda la atención que merecen.