Educamos

Porque desde que nacimos como Congregación la educación, primero de niñas y luego de niñas y niños, ha sido nuestra misión principal. M. Teresa puso verdadero empeño en mostrarnos que sin educación no hay promoción y crecimiento personal. Sin educación no llegamos a ser las personas que Dios ha soñado que seamos.

Hoy lo hacemos en colaboración con cientos de profesores, psicólogos, monitoras, cuidadoras, cocineras, administradores y sobre todo familias que confían en nosotros esta hermosa e insustituible labor: acompañar y educar a las mujeres y hombres del mañana. Es lo que llamamos misión compartida

Gracias al modelo educativo “Buen Consejo” basado en los valores y virtudes del Evangelio y la visión franciscana del mundo podemos ofrecer a las familias un ámbito propicio desde el que acompañar su labor educativa. Aportamos la profesionalidad del desarrollo de modelos pedagógicos y metodologías activas que favorecen el proceso de aprendizaje de sus hijos. Contamos con los programas, las instalaciones y las ganas necesarias para llevar a cabo tan maravillosa tarea.

Estamos presentes en todos los niveles educativos, incluso en la etapa universitaria donde continuamos acompañando a nuestros jóvenes.