Nacimos con Enriqueta

Nací el 26 de febrero de 1863 en Barcelona. Me bautizaron poco después en la parroquia de San José y Santa Mónica con los nombres de Enriqueta Manuela Salvadora y según consta en mi partida de bautismo, de padres desconocidos. Como puedes suponer, querido internauta, tuve padres, pero no los conocí hasta años después. Te los presento:

Mi madre es Manuela Cristina Teresa Asencio Vilarrosal, hija de una familia burguesa de Barcelona. Tenía 29 años cuando yo nací, era maestra y había sacado las oposiciones para una plaza pública en Badalona. De estado civil soltera.

Mi padre es D. Pedro Rodón y Gallisá, natural de Valls, Tarragona. Era 30 años mayor que mi madre, estaba casado y pertenecía a una buena y acomodada familia de industriales. Estudió derecho en Zaragoza y Valladolid y llegó a ser magistrado del Tribunal Supremo en Valencia y Barcelona. También fue elegido diputado a Cortes por su pueblo natal, Valls.

Hasta los 14 años no llevé mis apellidos Rodón Asencio. Durante estos años mi vida fue muy difícil, un infierno podríamos decir, pero el plan que Dios tenía para mí, su sueño no era que me quedará varada en la orilla.

El 14 de febrero de 1896, con 33 años y cuatro jóvenes más fundamos el instituto de Religiosas del Buen Consejo. Desde ese día soy M. Teresa de Jesús Rodón Asencio. Con una misión muy clara y fuerte en mi corazón. Ayudar a las mujeres presas en las cárceles y a sus hijas, prestándoles toda la ayuda necesaria y una buena educación que las posibilite llevar una vida a la altura de su dignidad de hijas de Dios.

Seguro que te asaltan un montón de preguntas sobre mi vida, en verdad es digna de una novela o una serie de televisión. Pásate por la página de la bibliografía y da gracias a Dios por la misericordia que ha derrochado en mi vida.